Historias del turismo: fiestas de fin de año

¿Alguna vez tuviste un reencuentro de aeropuerto? Ese abrazo tan esperado tras haber estado tan lejos de las personas que más querés, donde ni bien aterriza el avión ya sentís el nudo en la garganta, el aire se siente diferente, y el corazón late más fuerte.

A más de uno esta situación le parecerá familiar. En lo único que pensás es que querés llegar, pero, ¿alguna vez te pusiste a pensar en las personas detrás del mostrador? ¿en las personas en la pista del aeropuerto? Para ellos también es 24 de diciembre y son las diez de la noche, pero están ahí, presentes, ayudándote a que puedas tener ese ansiado abrazo. Hoy, conoceremos el otro lado de la moneda.

Pedro Wisnievsky es parte del Team Viajocon, tiene acumulados años de experiencia en el rubro del turismo, en el cual se quedó ya que encontró en él una vocación. En esta ocasión le consultamos si tenía historias de este tipo, y nos comenta su experiencia de hace años cuando trabajaba en una reconocida aerolínea.

Pedro en las oficinas de Viajocon

“En verdad hay tantas anécdotas, tanto para contar que necesitaríamos mucho tiempo para contar todo. Algo que recuerdo como anécdota, de tantas Navidades y Años Nuevos que pasamos en aeropuerto, donde por ejemplo, el último vuelo debía salir el 24 de diciembre a las seis de la tarde y salía recien a las ocho de la noche.”

Pedro nos explica que estos eran vuelos que ni bien llegaban y los pasajeros desembarcaban, tenían que empezar a chequear y embarcar a la tanda nueva que iba para Buenos Aires.

“A las ocho venía el vuelo y tenía que volver a salir. Se había retrasado, y entre los compañeros nos mirábamos entre nosotros y veíamos la fila de personas que teníamos que chequear. Eran pasajeros que venían a pasar la Nochebuena en Asunción. Nos tocaba a nosotros y teníamos que estar. Nadie se iba a su casa hasta que se chequee a todos los pasajeros y suban al vuelo.”

“En desembarque veíamos la impresionante cantidad de gente. Algunos traían mariachis para recibir a sus seres queridos. Una fiesta. ¡Algunos de verdad hacían fiesta! Llevaban grupos musicales, bailarinas y mariachis. Recibían a su gente que venía después de mucho tiempo, como los que llegaban de Estados Unidos y España. Como nuestro aeropuerto es tan chico, y si hay un grito ya se escucha hasta el otro lado, parecía una fiesta de verdad.”

Consultamos si es que alguna vez se fijó en las expresiones de los pasajeros al vivir este tipo de encuentros: “se destaca la sinceridad de sus expresiones, es muy real. Se revuelcan en abrazos, lloran y es realmente muy emotivo”

Para finalizar, le preguntamos a Pedro si le tocó ser pasajero alguna vez, retornando en época de fiestas: “Fui a Estados Unidos por un año, y volví un 1 o 2 de diciembre… y realmente cuando íbamos a tocar suelo paraguayo, fue muy emotivo. Empezaba a temblar, no sé si lagrimear, sabiendo que toda mi familia me estaba esperando ahí abajo… Se puede decir que estuve en dos partes: ayudando a gente a realizar su viaje, y yo como pasajero vivir ese reencuentro.”

“Son experiencias que se quedan, que no se van. Quedan grabadas en una partecita de la mente y no tienen precio. Son momentos de felicidad que de verdad no tienen precio.”

Pedro Wisnievsky, agente de viajes de Viajocon

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2 comentarios

  1. Muy buena historia y emotiva la del Sr. Pedro, realmente me puso la piel de gallina.

    Gracias por compartir.

    Saludos.

  2. Que lindas experiencias, Pedro, momentos para recordar toda la vida..

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